En un mundo saturado de imágenes, estéticas grandilocuentes y grandes efectos especiales, «El Bolero» se presenta como un oasis de simplicidad y autenticidad. Quince minutos de música hipnótica y repetitiva se fusionan con una danza que atrapa al espectador, convirtiéndolo en un sujeto activo de la experiencia artística. 

La disposición del público alrededor de una tarima a ras de suelo de cinco metros de diámetro crea un espacio íntimo y cercano, donde los espectadores se convierten en cómplices activos de la obra. La acción los envuelve e interpela constantemente, transformándolos en protagonistas de la experiencia artística. Cada representación es única, generando momentos irrepetibles de conexión entre la danza y el público.